Te contamos qué son los insecticidas, qué tipos hay, para qué sirven y cómo aplicarlos de forma correcta para que sean eficaces. ¡No te lo pierdas!
Insecticidas: ¿Qué son y cuáles son sus usos?
Los insecticidas son sustancias químicas que se utilizan para eliminar, ahuyentar o controlar los insectos bien sean de uso doméstico o industrial, mientras que los repelentes de insectos tienen un uso humano y se aplican sobre la piel o los tejidos para evitar que los insectos se acerquen. Estos productos pueden tener diferentes formas de acción, como atacar el sistema nervioso, interferir con el metabolismo o actuar como inhibidores de crecimiento de los insectos. Por su composición química es imprescindible leer atentamente las indicaciones del etiquetado y tener en cuenta el espacio donde se va a utilizar y/o la persona.
Tipos de insecticida domésticos
- Insecticidas eléctricos: en los últimos años su uso se ha extendido enormemente en los hogares debido a su durabilidad, discreción y eficacia. Los difusores eléctricos actúan de forma silenciosa concentrando su acción en la estancia en la que se encuentren enchufados. Además, en muchos casos permiten graduar la intensidad según el momento del día y las necesidades. Son especialmente eficaces con los mosquitos.
- Insecticidas en aerosol: vienen en envases presurizados que liberan una niebla fina del producto. Son fáciles de usar y permiten una aplicación precisa sobre todo en áreas difíciles de alcanzar. Son efectivos para el control de moscas, mosquitos y otros insectos voladores.
- Insecticidas en cebo: cuentan con un ingrediente atractivo para el insecto que contiene el activo del insecticida pueden presentarse en formato polvo o trampa. Los insectos son atraídos por el cebo y consumen el producto, llevándolo de regreso a su nido o colonia, lo que permite el control de la población en su conjunto. Este tipo de insecticida es eficaz para el control de hormigas, termitas y cucarachas. Son especialmente utilizados en interiores.
Tipos de repelente y su uso
Si en el caso de los insecticidas es recomendable leer la tabla de ingredientes del producto para saber su composición exacta, más aún en el caso de los repelentes que entran en contacto con nuestra piel. La elección depende de la especie del insecto, un factor a tener en cuenta sobre todo, si viajamos a climas tropicales, y de la persona que usará el repelente, por su edad y tipo de piel.
Su duración y efectividad varía mucho en función de la composición y el formato del repelente pero podemos diferenciar entre los químicos y los de origen natural.
- Repelentes químicos: Son los más comunes y ampliamente utilizados. Están diseñados para alejar a los insectos mediante la liberación de sustancias químicas que los repelen. Algunos de los ingredientes más comunes son el DEET (N,N-dietil-meta-toluamida), la picaridina y el IR3535.
Los más habituales son en formato spray, loción o aerosol pero también podemos encontrarlos en otros formatos como roll-on y cuentan con distintas intensidades. Un aspecto especialmente a tener en cuenta cuando se trata de personas especialmente sensibles a las picaduras o cuando preparamos un viaje.
- Repelentes naturales: Para aquellos que prefieren opciones más naturales, existen repelentes que utilizan aceites esenciales de plantas como la citronela, el aceite de neem, el aceite de soja o el aceite de menta por su potencial disuasorio de los insectos. Además, también está cada vez más extendido el uso de sprays y pulseras para ahuyentar a los insectos; la mayor parte con la citronela como principio activo.
- Ahuyentadores: Además de los insecticidas y repelentes existen otros productos que podemos utilizar para tratar de evitar la molesta presencia de insectos en casa: son los ahuyentadores. Estos productos, sobre todo, se emplean en el caso de los espacios al aire libre como terrazas y balcones. Tienen distintas presentaciones como, por ejemplo, vela, maceta o ambientador para adaptarse a las distintas estancias, e incluso servir como decoración.
- Calmantes postpicadura: Y si no hemos podido hacer nada para evitar la picadura, podemos, al menos, hacer lo posible para reducir su molesto efecto y calmar la piel. La mayor parte de estos productos proporcionan una sensación de alivio y frescor inmediato y generalmente cuentan entre sus ingredientes con aloe vera o árbol de té por su acción calmante.
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