Esta temporada, vas a conseguir atrapar con tu maquillaje cada rayo de luz y brillar desde primera hora de la mañana hasta que se ponga el sol. ¿Cómo? De un modo muy sencillo: basta con elegir sabiamente los productos adecuados y aplicarlos con audacia. Opta por esas sombras, coloretes, lápices y barras de labios que realzan tu personalidad al instante y que potencian todo tu magnetismo. Toma nota de estas cuatro claves y anímate a ponerlas en práctica. Serás la primera en notar que estás radiante.
Segundo
Acentúa tu mirada con un eyeliner versátil y fácil de utilizar. Puedes optar por un lápiz cremoso y ultraintenso que te ayudará a definir y realzar la forma de tus ojos y a dirigirlos hasta el infinito. Otro producto muy apropiado para dibujar trazos impecables es un eyeliner pero en formato rotulador, con el que podrás acceder sin dificultad a los recovecos que quedan entre las pestañas. Tu mirada quedará enmarcada y tu look será más contundente. Con cualquiera de estas dos soluciones -lápiz o rotulador-, seguro que lograrás un acabado profesional.
Cuarto
El remate de un maquillaje sensacional son unos labios impactantes. Esta temporada, se imponen los tonos metalizados porque, ¿quién dijo que el otoño ha de ser aburrido? Apuesta por los nacarados más naturales para el día. De noche, en cambio, sube la intensidad del color y diviértete con los rojos o los tonos oscuros, que son pura fantasía.
Primero
Apuesta por sombras que iluminen -y no, no es una contradicción, existen en el mercado-. Esta temporada, maquilla tus párpados con tonos aterciopelados para que tu mirada se ilumine cada día. Con ellas conseguirás un efecto sedoso e hipnótico: del burdeos a los tonos tierra, tus párpados se teñirá con los suntuosos colores del otoño e irradiarán un sinfín de destellos metálicos.
Tercero
presta atención a la zona de los pómulos y atrévete a llevarlos a una nueva dimensión. Escoge paletas que incluyan, por ejemplo, cuatro tonos diferentes, tanto claros como oscuros. Utilízalos así: con el más sutil, ilumina la zona; con los colores intermedios, combinados, realza los pómulos; y con el más intenso de todos, delimita los contornos. ¡Te sorprenderá el resultado!
¿A que resulta sencillo? Recuerda: equilibra el protagonismo de párpados y labios y no renuncies a un plus de intensidad en el pómulo. Lucirás un maquillaje irresistible, brillante y magnético... ¡Como un verdadero imán!