Descubre para qué sirve el ácido glicólico, sus beneficios y cómo usarlo en tu rutina de cuidado de la piel. ¡No te lo pierdas!
¿Qué es el ácido glicólico?
Es un tipo de alfa hidroxiácido (AHA) derivado de la caña de azúcar. Sus características le permiten penetrar fácilmente en la piel y llegar a las capas más profundas, ayudando a regenerarla desde el interior. Uno de sus puntos fuertes es precisamente ese: actuar en todas las capas de la piel.
¿Para qué sirve el ácido glicólico en tratamientos de belleza?
Ayuda a estimular la renovación de la piel, exfolia las células muertas, mejora la textura y aporta luminosidad. Además, ayuda a disminuir el exceso de seborrea y la presencia de puntos negros.
Beneficios del ácido glicólico para una piel renovada
- Exfoliante: lactúa sobre el estrato córneo (la capa más externa de la piel) y facilita la eliminación de las células muertas de la superficie de la piel. Esto ayuda a que el rostro esté más fresco y luminoso.
- Piel renovada: penetra en las capas más profundas y estimula la dermis para producir más cantidad de colágeno. Esto ayuda a que la piel esté más firme y minimiza las líneas de expresión y arrugas. La piel está más suave, radiante y de tono uniforme.
- Controla el exceso de sebo: al exfoliar la piel y estimular la renovación celular, puede ayudar a regular la producción de sebo y a reducir los poros negros, en especial, si tienes la piel grasa. Ayuda a mantener los poros limpios, reducir las células muertas que los obstruyen y mejorar las manchas de acné.
- Tratamiento personalizado: otra de las ventajas que ofrece el ácido glicólico es que puedes utilizar concentraciones más altas o más bajas según el beneficio que quieras para tu piel.
Cómo usar el ácido glicólico de forma segura y eficaz
Escoger la concentración de ácido glicólico adecuada es muy importante, porque según una u otra, se obtienen beneficios distintos. Las concentraciones más bajas son ideales para una exfoliación suave, mientras que las concentraciones más altas son la respuesta para combatir manchas, arrugas o imperfecciones. Esto es lo que tienes que tener en cuenta a la hora de escoger:
- Ligera: inferior al 4%, genera una exfoliación suave, ideal para las que lo usan por primera vez en su rutina o para personas con piel seca que buscan mejorar la elasticidad y luminosidad de su piel.
- Moderada: con una concentración entre el 4% y el 8%, su uso continuado ayuda a reducir visiblemente las arrugas y a unificar el tono de piel.
- Intensa: entre el 8% y el 10%, es ideal para minimizar los signos del envejecimiento.
Se recomienda utilizarlo por las noches sobre la piel limpia, en sérum, tónico, gel o crema. Se puede combinar con ingredientes como el ácido hialurónico, la niacinamida o el bakuchiol. Si usas productos con vitamina C en tu rutina de belleza, intenta no usarlos seguidos, es decir, puedes usar la vitamina C por la mañana y el ácido glicólico por la noche. En cuanto al retinol, lo mejor es consultar con tu dermatólogo.
Independientemente de tu tipo de piel o de tus objetivos de skincare, lo mejor es comenzar siempre con productos que tengan una baja concentración de ácido glicólico. A medida que tu piel se acostumbre, podrás aplicar una mayor concentración, si es que lo necesitas.
Evitar su uso en combinación de otros ácidos fuertes, cómo el ácido salicílico o el ácido láctico, ya que lo único que harán estas mezclas es sobre exfoliar tu piel y eso no nos interesa.
En general, no tendrás problema al introducirlo en tu rutina junto con tu contorno de ojos favorito o tu crema hidratante de confianza, pero, ante cualquier duda, consulta siempre los ingredientes con tu dermatólogo.
Las formulaciones con ácido hialurónico o aloe vera proporcionan un efecto hidratante y calmante que es ideal para ayudar a la piel en el proceso de renovación.