Existe una variedad de ampollas faciales para diversas preocupaciones. Descubre cuál es la que más te conviene.
En los últimos tiempos, las ampollas se han convertido en los grandes aliados del mundo de la belleza. Estas pequeñas monodosis contienen una gran concentración de activos para la piel.
¿Qué ampollas son buenas para la cara?
Principalmente las ampollas se usan para las mujeres que las necesitan por temas dermatológicos como las rosáceas, rojeces o cuperosis, después de un tratamiento estético o quemaduras solares y para las que las usan como producto de belleza porque les funciona muy bien y les hace tener una cara más rejuvenecida.
De hecho, la calve de las ampollas está en que los efectos se ven a corto plazo, por eso cuentan con un regimiento de adeptas.
Entre los diferentes tipos de ampollas que encontramos hoy en el mercado tenemos:
- Ampollas de vitamina C: indicadas para aquellas pieles que necesiten un chute de luminosidad. La vitamina C previene la aparición de los signos de envejecimiento y la fatiga, proporcionando luminosidad y atenuando las arrugas. Además, estimula la síntesis de colágeno natural.
- Ampollas de proteoglicanos: reparan la piel deshidratada, mejoran la formación de colágeno y aumentan el efecto conjunto que tienen con otros oligoelementos nutritivos y antioxidantes como la vitamina C.
- Ampollas de ácido hialurónico: tienen una acción hidro retentiva, aportando una mayor hidratación a las pieles resecas y evitando la evaporación del agua.
- Ampollas de colágeno: aportan firmeza e incrementan la cantidad y la densidad de colágeno en la piel para evitar la aparición de arrugas y la pérdida de elasticidad.
- Ampollas efecto flash: están indicadas para aquellas pieles que necesitan un efecto tensor inmediato. Su fórmula atenúa las arrugas y devuelven al rostro firmeza y luminosidad. Es ideal para eventos especiales ya que el maquillaje lucirá más bonito y duradero.
¿Qué es mejor sérum o ampollas?
No es que uno sea mejor que el otro, es que su funcionalidad es totalmente diferente. Las ampollas son un tratamiento de choque intensivo para la piel, que se suele realizar unas 3-4 veces al año, casi siempre coincidiendo con el cambio de estación, como tratamiento de choque intensivo para que luego al aplicar el tratamiento de mantenimiento éste nos funcione mejor. Además, al ser ampollas de un solo uso los principios activos no se oxidan, ya que, no entran en contacto con el ambiente.
Y el sérum, es un tratamiento de mantenimiento rico en principios activos y que se usa de forma conjunta con cremas hidratantes y aceites. El sérum vienen presentado la mayoría de las veces en forma de emulsión, fluido o gel, lo que permite una fácil absorción y una textura no grasa.
¿Cómo aplicar una ampolla?
Después de utilizar tu limpiador facial habitual, y con la piel seca, vierte el contenido de la ampolla en las palmas de tus manos y calienta el producto con la yema de tus dedos. A continuación, aplícalo sobre el rostro, cuello y escote con un ligero masaje hasta su completa absorción. Seguidamente, puedes continuar con tu rutina habitual: sérum y crema hidratante.
Si se trata de una ampolla efecto ‘flash’ se dejará para el último paso de tu rutina para, así, preparar la piel para que el maquillaje se fije y se vea más luminoso.