Te vamos a dar los mejores trucos y consejos para que cuides tu piel sensible realizando una rutina que la aliviará y calmará. No te lo pierdas.
Ahora que damos mucha más importancia al autocuidado y la salud, una parte fundamental es empezar por el cuidado de nuestra piel, la parte de nuestro cuerpo más expuesta al entorno y los elementos, y más si tenemos una piel sensible. ¿A qué llamamos piel sensible? A aquella piel más intolerante que reacciona a los agentes externos de una forma diferente a lo habitual. Si ese es tu caso, es importante saber qué rutinas de tratamiento y productos tolera bien tu piel y cuáles debes evitar.
Cuidado de la piel sensible
Empezando por una rutina de limpieza, es preferible siempre utilizar agua tibia para ducharse. Utiliza geles de baño tipo syndet (es decir, detergentes sintéticos) que limpian la piel sin alterar su barrera protectora ni su ph. Por otro lado, para la limpieza facial, opta por aguas micelares u otros limpiadores específicos para pieles sensibles.
La sequedad debilita y sensibiliza aún más la piel, por tanto, es esencial una buena hidratación un par de veces al día tanto cuerpo o rostro, sin olvidar la rutina facial con cremas de textura ligera y que contengan activos antioxidantes.
Por otro lado, siempre que la piel vaya a estar expuesta al sol, se recomienda el uso de crema con protección solar, especialmente en verano.
A la hora de exfoliar elige exfoliantes naturales enzimáticos que imitan la exfoliación natural de la piel y son menos agresivos. Se recomienda realizarla cada dos semanas.
¿Cómo cuido la piel mixta sensible?
Llamamos piel mixta sensible a una combinación de la piel seca en algunas áreas y grasa en otras partes de la piel. Para tratar este tipo de pieles, es recomendable realizar una limpieza facial con un producto que contenga ácido salicílico, que ayuda a reducir la acumulación de sebo y desobstruir la piel. Para hidratarla deberías usar productos a base de agua no comedogénicos, ya que estos no producen imperfecciones como espinillas o granos.
En estas pieles la exfoliación también es un punto importante, ya que puede ayudar a retirar tanto el exceso de grasa, como la descamación, actuando siempre con cuidado, pues si abusamos de esta técnica, la piel tratará de compensar la sequedad del rostro produciendo más grasa. Generalmente, con exfoliar la piel un par de veces a la semana es suficiente.
¿Cómo cuido la piel sensible grasa?
Esta piel se caracteriza por un exceso de producción de las glándulas sebáceas que se manifiestan, principalmente, en forma de brillos en nuestro rostro. Si nuestra piel, además, es sensible, se les suman a estas características la aparición de rojeces, picores o descamaciones.
Como en anteriores casos, hay que seguir una rutina de cuidados de la piel antes de cualquier tratamiento más específico, como es una buena limpieza e hidratación.
No todos los limpiadores son aptos para la piel grasa y sensible. Por esa razón, necesitamos un producto efectivo contra las impurezas y la mejor opción es optar por un agua micelar calmante.
Al igual que otro tipo de pieles, es importante exfoliar la piel, al menos, una vez a la semana, especialmente en verano, para mantener los poros limpios de cualquier exceso de suciedad y grasa. Para ello, puedes apostar por exfoliantes que contengan extracto de alga dorada, dejando la piel sin impurezas y visiblemente más saludable.
Por último, lo ideal para cuidar la piel sensible grasa, es apostar por soluciones lo suficientemente ligeras sin secar o matizar la piel en exceso, utilizando productos ultra suavizantes y nutrientes.