El primer o prebase es un cosmético que se ha convertido en un imprescindible en todo estuche de maquillaje. ¡Descubre todas sus ventajas!
¿Qué es y para qué sirve el primer de maquillaje?
El primer o prebase, es el cosmético que prepara la piel antes de la base. Con él se busca preparar la piel antes de aplicar el resto de los productos de maquillaje. Sus ventajas son muchas, y entre ellas se encuentra la regulación los brillos, redefinición del poro, conseguir una piel más uniforme, unificar el tono de la piel, difuminar manchas, hidratar, etc.
Podemos encontrar primers de todo tipo, en forma de gel, líquidos, en mousse o crema y se dividirlos según su función:
- Matificante: recomendable para pieles grasas. Estos primer se encargan de controlar la producción de grasa de la piel del rostro y la mantienen fresca y sin brillos.
- Iluminadores: ideales para mejorar la apariencia de pieles secas y apagadas. Se pueden usar sin aplicar base encima.
- Correctores de color: contribuyen a reducir o disimular las pequeñas manchas que aparecen en el rostro y que tan poco nos gustan.
- Reductores poros: la función de estos primer es rellenar los poros para que, al aplicar el maquillaje, la tez se vea más uniforme.
- Hidratante: aporta un extra de hidratación, perfecto para pieles secas.
- De larga duración: y para las que necesitan un maquillaje perfecto durante más tiempo, también hay primers de larga duración que mantienen los maquillajes durante horas.
Además, el tipo de piel juega un papel fundamental en cuanto al primer. A las pieles grasas les funciona mejor los primers con acabados en mate o polvo. Para las pieles mixtas, se recomienda una prebase de larga duración y textura ligera. Y para las pieles secas, lo mejor son los primers hidratantes.
Cómo aplicar el primer de maquillaje
Lo primero que debes saber es que lo mejor es aplicar el primer con los dedos y empezar desde el centro para ir extendiéndolo poco a poco hacia fuera con movimientos circulares suaves. De este modo el producto se reparte mejor por toda la cara. De todos modos, para las que prefieren no ensuciarse, también existen esponjas para este cometido.
También debes saber que después de su aplicación debes esperar un poco para que se absorba antes de aplicar cualquier otro tipo de producto.
Y sobre la cantidad, lo ideal es aplicar el producto con una extensión de máximo el tamaño de una moneda pequeña. Es cantidad suficiente para cubrir todo el rostro.
Y, por supuesto, antes de cada aplicación debes limpiar bien el rostro para que la piel esté bien preparada.