La piel es el mayor órgano humano y la que protege cual guerrera a nuestro organismo actuando como barrera protectora. Solo por lo mucho que nos da… ¿por qué no la cuidamos un poquito más y mucho mejor? Todas y (todos) deseamos una piel suave, lisa y sedosa (y si nos ponemos pedigüeños, bronceada y hasta con brillo) pero no siempre le dedicamos el tiempo que necesita para lucir perfecta. Por ello, os hemos preparado estos sencillos pasos para lograr que esté mejor que nunca y lo más importante: mantenerla.
¡Tomad nota!
El mejor ritual para eliminar esas células muertas que nos sobran es realizar una exfoliación a conciencia de todo nuestro cuerpo. Conseguirás la piel aterciopelada que deseas si tienes en cuenta ciertas pautas como…
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- Puedes aplicar el exfoliante con una esponja o directamente con las manos.
- Aplica una moderada cantidad de producto y suavemente, masajea sobre la piel húmeda, ¡no lo hagas con la piel seca! Masajea durante aproximadamente 60 segundos.
- Incide en las zonas más conflictivas como los codos o las rodillas, enjuaga y seca tu piel cuidadosamente.
- Evita realizarla sobre la piel irritada o con heridas, o tras haber tomado el sol.
- Se recomienda no hacerlo más de una vez por semana en las pieles secas.
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Quien un cutis bonito quiere… ¡una exfoliación le cuesta! El procedimiento es igual de sencillo que para el resto del cuerpo, solo que en este caso se ha de tener en cuenta que la piel es más delicada y debemos llevar un cuidado especial.
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- Aplica una pequeña cantidad de producto en las dos manos y masajea por todo el rostro con pequeños movimientos circulares.
- No frotes demasiado fuerte porque dañas tu piel. Hazlo con suavidad.
- Retira el producto con abundante agua, seca tu piel y aplica una crema hidratante adecuada y un contorno de ojos específico.
- Es conveniente no exponerse al sol tras la exfoliación facial.
- Los productos cosméticos exfoliantes generalmente ayudan a mejorar e hidratar la textura de la piel.
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Para la inmensa mayoría, la depilación supone un engorro… y lo sabemos. Pero estamos seguros que con unas pequeñas rutinas que incluyas en tu ritual habitual, mejorará el proceso y el resultado final.
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- Procura lavar tu cuerpo antes de la depilación con un suave jabón y agua tibia, ya que conseguirás ablandar el pelo.
- Para evitar la aparición de posibles pelos enquistados, exfolia tu piel una vez por semana.
- No te expongas al sol tras la depilación para evitar quemaduras y manchas.
- Tras eliminar el vello, aplica una crema post-depilatoria calmante.
- Es muy importante no depilar sobre cualquier zona en la que tengas rozaduras, irritación u otro tipo de daño o herida.
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La hidratación de la piel es vital para nuestra salud y, por qué no decirlo, belleza. Una piel cuidada y suave nos hace sentir mejor con nosotros mismos y por tanto, más guapos por dentro y por fuera.
Ya que tiende a resecarse y a perder elasticidad con el paso del tiempo, debemos cuidarla si no queremos que sufra un envejecimiento precoz y padezca estados de deshidratación o sequedad con mayor facilidad. Debemos mantenernos firmes en este propósito: la aplicación de cremas hidratantes así como de otras pautas que nos ayuden a lograr una piel de diez, solo tendrá resultados si somos constantes.